Cambiando mi diálogo interno
Para dar continuidad a mi artículo
anterior: “¿Qué tanto te amas, valoras y
respetas? Escucha tu diálogo interno”, en esta entrega, voy a explicarles
un ejercicio que les va a permitir iniciar ese proceso de cambio en su diálogo
interno, el cual les hará tener una mejor relación consigo mismo y
liberarse de los límites que le impedían alcanzar sus metas y objetivos.
Un ejercicio que puedes hacer es
el siguiente:
Al escuchar tu
diálogo interno pregúntate:
o
¿Cuál es la verdadera razón de estos
pensamientos?
o
¿Cuándo empecé a tratarme de esta manera o a
decirme estas cosas?
o
¿Que lo pudiera estar reforzando?
o
¿Por qué me digo esas cosas y no otras?
o
¿Por qué me trato de esa manera y no de otra?
Lo más probable es que esos
pensamientos vengan desde la infancia, de mensajes recibidos y que pasaron a
formar parte de tu realidad. Trata de recordar, piensa que te decían tus padres
cuando eras pequeño, o si en alguna oportunidad alguien te dijo cosas que
pudieron haber fijado eso en tu mente. Examina tus palabras que pudieran estar
reforzándolo.
Date cuenta que muchas de las
cosas que te dices a ti mismo no tienen fundamente, son mensajes que están ahí
desde hace mucho tiempo y que tú mismo has permitido que permanezcan ahí. Es
hora de retar esos pensamientos y ese diálogo. Asume la responsabilidad y
comienza a cambiarlo poco a poco. Tú eres el que decide en qué piensas y en que
no, que te dices a ti mismo y que no, y como te tratas a ti mismo.
La mejor forma de cambiar el
diálogo interno es evaluar los pensamientos, está atento cuando algo no te
aporta, te paraliza o te perjudica. Sustituye ese diálogo por uno que te
potencie, que te impulse, que te motive.
Por ejemplo: si te escuchas
diciéndote constantemente: “todo me sale
mal”, el cerebro siempre busca la coherencia entre lo que piensas, dices y
haces, es decir, que constantemente tu cerebro va a buscar que lo que sucede
sea coherente con lo que piensas, dices y haces, así que vas hacer las cosas
mal, y como consecuencia vas a obtener malos resultados, y una vez más, tu
cerebro va a conseguir coherencia entre tus pensamientos palabras, acciones y
resultados.
Por eso, debes cambiar ese
pensamiento por uno que diga todo lo contrario, como: “todo va a salir bien”, “todo va
estar bien”, y repetirlo un millón de veces, hasta sustituir el mensaje
negativo. Al hacerlo, igualmente tu cerebro va a buscar la coherencia entre lo
que piensas, dices, haces y obtienes, es decir, todo va a salir bien J
Así que ten confianza y asume la
responsabilidad de cambiar tu diálogo interno.
Ruder Rueda
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