Cada célula de tu cuerpo reacciona a tus pensamientos y emociones
Nuestros pensamientos y
emociones, activan procesos bioquímicos en el cerebro que se traducen en
información que llega a cada una de las células del cuerpo. Es un proceso
natural y automático mediante el cual se informa a cada célula lo que está
sucediendo. Los pensamientos y emociones
positivas generan bienestar en las células, mientras que los pensamientos y
emociones negativas producen alteraciones y desequilibrio en su funcionamiento.
Una persona que lleva su vida con
optimismo y tranquilidad, tiende a permanecer saludable, ya que sus células estarán
bien nutridas, oxigenadas y en perfecto equilibrio, pudiendo cumplir su función
de forma óptima, sin experimentar ninguna alteración. En cambio, un individuo
que constantemente experimenta pensamientos negativos, repetidos episodios de
pesimismo, estados de angustia, ansiedad, miedo o estrés, tiende a enfermar, ya
que los estados alterados del sistema nervioso, producen un efecto tóxico en
las células, haciendo que las mismas reaccionen a éste, alterando su
funcionamiento, lo cual produce una reacción en cadena de estados alterados
donde los tejidos, órganos y sistemas del cuerpo también se enferman.
Mantener una actitud positiva ante
la vida es clave para conservar la salud. Estar conscientes de esto es
esencial, ya que nos hace responsables y nos obliga a tomar acción. Ahora que
lo sabes, te invito a que te tomes el tiempo para analizar los pensamiento y
emociones que experimentas a diario, y si te encuentras con pensamientos
negativos recurrentes, o estados emocionales nocivos, busca la forma de eliminarlos o reemplazarlos.
Sé que no es fácil, porque son hábitos con los que llevas ya algún tiempo, pero
no es imposible. Recuerda que esos malos hábitos afectan la salud de tus
células y la de todo tu cuerpo.
Una buena práctica que recomiendo
a todos mis pacientes, es enviar mensajes de amor y agradecimiento a cada una
de las células de su cuerpo. Aunque no lo creas, las células escuchan lo que
pensamos, por lo que podemos hablarles. Sencillamente podemos dedicar unos
minutos al día para relajarnos, respirar profundo y decirles a nuestras células
lo mucho que las amamos y lo agradecidos que estamos de que funcionen
perfectamente.
Meditación:
En un lugar tranquilo, apartado
del ruido y de toda distracción, toma una posición cómoda, no importa si estas sentado
o acostado. Lo importante es que puedas relajarte. Respira profundamente y
despacio, llenando tus pulmones de oxígeno y energía, visualiza como el oxígeno
llena tus pulmones, y a través de la sangre, ese oxigeno llega a cada una de
las células de tu cuerpo. Hazle saber a las células que ese oxígeno es para que
estén bien nutridas y sanas. Dile a tus células que las amas, dales las gracias
por permanecer sanas y realizar su trabajo en armonía. Respira y sonríe, siente
el gozo, la alegría y el agradecimiento de estar entregando amor a tus células,
y que ese amor se va a traducir en bienestar, salud y equilibrio en todo tu
cuerpo. Siente como cada parte de tu cuerpo se relaja y permite que el oxígeno,
la energía y nutrientes lleguen más fácilmente a cada célula. Continúa
respirando profundamente y disfruta… Luego de unos minutos, agradece nuevamente
a tus células por estar sanas y funcionar perfectamente, y termina la
meditación con una gran sonrisa en tu rostro. Te sentirás muy relajado y lleno
de energía.
Ruder Rueda
Gracias amigo Ruder. Felicitaciones!
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